La revolución en Egipto no es sól una revolución contra el expresidente Mubarak, como se refleja en los medios, sino también es el levantamiento de un pueblo contra el neocolonialismo reinante en el Tercer Mundo en general, y en el Mundo Árabe en particular. El pueblo egipcio ha dicho basta al neocolonialismo occidental en su país, ha dicho No a Occidente en el Mundo Árabe, ha reclamado su dignidad humana, la que le permite recoger las riquezas de Egipto y administrarlas para su total beneficio, no para el beneficio de otros.
Por otro lado, no hay que olvidar ese estado artificial creado por Occidente en Oriente Medio, llamado 'Israel', nacido de la sangre derramada por los árabes que lo habitaban desde cientos de años, y sostenido hasta hoy en día de esa misma sangre, derramada en Cisjordania y Gaza, y de las ayudas imprescindibles de Occidente, y en particular como todos sabemos, de EEUU.
Pues bien, Egipto representa el eje fundamental del Mundo Árabe, siendo que si Egipto iba bien, el Mundo Árabe iba bien, y viceversa. Hasta hoy, y exceptuando la época de Gamal Abdel Nasser, Egipto ha sido un bastión para los intereses occidentales y de 'Israel', impidiendo cualquier arrebato de ayuda al pueblo palestino, aunque fuera torturado día sí y día también, aislando ferozmente a Gaza, y apoyando en todo al 'Estado de Israel'.
Sin embargo, esto se difuminará en el tiempo a raíz de la esperada democracia que se presume instaurará el Ejército egipcio en el país, ya que una democracia libre sería el mayor enemigo de Occidente, al elegir los ciudadanos un gobierno a su medida, que les beneficie, es decir, que les proteja y proteja a sus hermanos palestinos de la tortura inacabable que sufren por parte del 'Estado de Israel'.
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